El pasado viernes, 03 de diciembre, 469 personas pudimos disfrutar del espectáculo – con mayúsculas – titulado "Una noche con Neil Hannon", aunque en realidad el show no hace honor a su nombre. No fue una noche sino noventa minutos que pasaron por delante de nosotros como una acelerada exhalación. Sin el soporte de la esperada Cathy Davey, Neil Hannon, con puntualidad británica salió al escenario con el atrezzo habitual de "Bang goes the knighthood": Impecable traje británico de tres botones, bombín, pipa y cartera de piel al que habría que sumar los calcetines multicolor que daban el toque de humor que caracteriza al de Londonderry, el cual demostró sobradamente durante los intermedios y descansos entre canciones en completa simbiosis con el público que abarrotaba la sala Miguel Angel Clarés del Auditorio Víctor Villegas de Murcia, ideal para espectáculos íntimos y cercanos. Y cercanía la nuestra. Asientos en primera fila, completamente centrados, a sólo un par de metros de nuestro pequeño ídolo, todo ello gracias a Michel. Que grande eres, compañero…

Pasando a lo estrictamente musical, Neil Hannon desplegó todo – parte – de su ya extenso repertorio haciendo especial hincapié en su último trabajo "Bang goes the knighthood". El inicio fue demoledor y daba pistas de por dónde irían las cosas. Un tema del último disco y un absoluto clásico. Así de rotundo. Fifty-fifty. Y de esta manera fue desgranando, canción tras canción, un repertorio lleno de hits, que aunque sean únicamente con su voz y su piano o con su voz y su guitarra, se sostienen por si solitos. Y aunque no estuvieron todas las que son, si que fueron todas las que estuvieron. Marcamos el ritmo con los pies con temas como "Assume the perpendicular", "I like" y "The complete banker". Hicimos mis siempre odiadas palmas con "At the indie disco". Silbamos y cantamos "la marsellesa" con "The frog princess". Hicimos coros con "National express". Casi tiramos abajo el auditorio con "Tonight we fly", "Becoming more like Alfie" o "Generation sex". Hicimos propias historias tan hermosas como "Our mutual friend", "The certainty of chance" o "If…". Reímos con el dramatismo que Neil da al ya habitual "Don't you want me" de The Human League, haciéndose pasar por Phil Oakey y Susan Ann Sulley. Y nos descojonamos con el "ayudante cejilla" en "Perfect lovesong". También estuvieron presentes algunos temas más "oscuros" en la discografía del norirlandés, como "The plough" y "Snowball in negative" y que para mi fueron dos de los mejores momentos del concierto o al menos los que más me sorprendieron por lo inesperado, dos espesas y evocadoras partituras llenas de lirismo y de tristeza.

Un magnífico concierto en el que Neil mostró su enorme habilidad a la hora de componer y arreglar grandes canciones así como el saber defenderlas en solitario ante el público y en el que se muestra nuevamente el potencial de este pequeño gran genio y la enorme paleta de recursos musicales a los que acude para decorar el más recóndito de los detalles que componen su repertorio. Y lo que es más importante, que Neil sabía que nos tenía en el bolsillo a la totalidad de la sala, incluso antes de salir al escenario, porque los que allí estábamos, y eso se notaba, teníamos absoluta debilidad por el artista. Sólo había que mirar las caras del público de las primeras filas. Embobados. Anonadados. Entregados. Felices.

Os dejo unos vídeos caseros grabados a pocos metros del escenario. No son de excelente calidad pero sí que os podéis hacer una ligerísima idea del gran concierto que nos brindó Mr. Hannon. Los temas son "A lady of a certain age", "The pop's singers fear of the pollen count" y "Songs of love".

Un saludo y feliz escucha.



Neil Hannon – “A lady of a certain age”.



Neil Hannon – “The pop’s singers fear of the pollen count”.



Neil Hannon – “Songs of love”.